Me voy a la montaña, buscándole,
Él me hace tanto bien, si el mundo lo supiera,
Y si supieran también que él,
Él entregó su ser para que nadie muera.
Me voy a la montaña buscando paz,
Estoy tranquilo allí rodeado por el viento,
Y una figura empiezo a ver,
Se me hace familiar; es el maestro
Hay que volver a conversar con él,
Oír su voz tocar sus manos,
Ese buen jesús ya no está en la cruz,
Sigue iluminando con su luz//.
Un día en la montaña le pregunté:
Señor en mi lugar dime que harías,
Me dijo juan si miras bien,
Comer sólo mi pan te convendría.
En unas de esas veces lo vi llorar,
Por esa multitud de gente que no escucha,
Tienen de piedra el corazón, se visten de bondad,
Más su maldad es mucha.
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