La playa de mis pies está artillada
y espera un nuevo desembarco de puñales.
Una explosión de dos mil libras deja un cráter
en la pequeña isla de mi pecho.

Todo mi cuerpo teme por su suerte
y prepara sus armas y está alerta.
Mis espermatozoides ya se entrenan
y a cada leucocito ya le di un fusil.

Mírame bien, mis ojos son banderas.
Mírame bien, mi pelo es un volcán.
Mírame bien, mis dedos son cañones.
Mírame bien, mi cuerpo es un país
con niños, escuelas y comercios,
con sueños y gente que trabaja.

Tiene su propio amanecer.
Tiene colores que son suyos
y conoce tus furias,
sabe de tus destrozos,
conoce tu violencia,
sabe de tu impotencia también.

Dos rayos láser salen de tus senos.
Dicen que con amor napalm van a abrasar mi piel.
Tus manos son dos naves interplanetarias,
promesas de tu sexo termonuclear.

Mírame bien, me acuerdo de Hiroshima.
Mírame bien, mi padre murió en Auschwitz.
Mírame bien, yo sufro Leningrado.
Mírame bien, me desangré en Argelia.
Mírame bien, te asesiné en el Congo
Mírame bien, ¿qué te pasó en Girón?