Aunque sé lo que es estar en tu presencia He probado tantas veces de tu gloria Aunque sé lo que es gozar de tu victoria No he entendido el valor que es tenerte Porque cuando llega el desierto de repente Se me olvida la bondad que tú has tenido Se me olvida todo lo que en ti he vivido Y aunque son tantas promesas que te he hecho Tantas noches de rodillas mientras te hablo Mis errores que quebrantan lo planeado Me hacen pensar que ya no estás a mi lado Pero estando allí encerrado es que te siento Mi piel erizada mientras te paseas Con tus manos levantando mi cabeza Y es que aún no entiendo Como aún inmerso en el pecado Me ha rescatado En mi angustia oíste mi llamado Fue por tu gracia Que hoy puedo decir de ti Qué grande Dios Que sin buscarte me encontraste a mí Y he vivido mis mejores experiencias Aún cuando pensé que ya estaba perdido Cuando veía las cadenas en mis manos Fuiste tú quien las rompió con esos clavos Y es que tú en mis fallas te glorificas Mis enfermedades vuelves medicina Y tus manos aún me levantan en caídas Y es que aún no entiendo Como aún inmerso en el pecado Me ha rescatado En mi angustia oíste mi llamado Fue por tu gracia Que hoy puedo decir de ti Qué grande Dios Que sin buscarte me encontraste a mí Fue postrado, derrotado Estando muerto en mis delitos y pecados Que tu gracia, inmensa gracia me alcanzaba, yo tu mano no agarraba La vergüenza en mi cabeza Me impedía aferrarme a tus brazos Pero ataron, encadenado Allí tuve que entender que la locura de creer, es aceptar lo que no puedo comprender Y ahora entiendo que no hay explicación alguna Para entender oh tu amor tan inefable Hoy solo acepto y hoy puedo decir de ti Qué grande Dios Que sin buscarte me encontraste a mí