En un llanto tan voraz va mostrando su verdad, la miseria que no se quiere callar. Y a su lado siempre está, fiel amiga, tan leal la ignorancia que la ayuda a cabalgar por los campos de la vida que hoy nos toca caminar, donde el hambre es la comida y nuestro abrigo la frialdad. Tan sólo quisiera poder demostrar que un pueblo dormido no puede soñar, soñar con su libertad... libertad! Y aunque el miedo haga callar a este grito de piedad, el silencio en las heridas es el arma más mortal. En las voces de la gente yo me voy a refugiar, las que piden por justicia, un salario y dignidad, Las que luchan día a día, las que quieren derribar las ofensas de unos pocos que nos quieren pisotear. Tan sólo quisiera poder demostrar que un pueblo dormido no puede soñar, soñar con su libertad... libertad!