¡Noches de Santiago! En las que el destino te trajo a mis brazos, siguiendo un furtivo camino de amor... ¡Noches de Santiago! En donde, al amarte, tu embrujo pagano me ató a este incurable dolor, de descarte. ¡Noches de un romance que jamás olvidaré! ¡Por lo que entregaste; por lo que llevé!... ¡Noches de Santiago! En las que mi vida amó en el pecado, tu boca prohibida que no olvidaré.